Cuando las cosas empiezan a cambiar en tu mundo se desata una tormenta de preguntas, cuestionamientos que a veces podrían dejarte pasmado al conocer las respuestas. ¡Claro! Si es que la vida es un espejo que solo intenta mostrarte lo que hasta ahora fuiste incapaz de ver.
Tu actitud pelea por llevarse el premio y pendulas entre las emociones más extremas. Tranquilo, es normal.
Hay quien dice que Gandhi comentó alguna vez que al sonreír la gente le sonreía ¿lo probaste? Deberías hacerlo.
Experimenta ir por la calle un martes cualquiera y sonríe a la gente a tu paso. Sí ¡A los desconocidos!
Te darás cuenta de que mucha de esa gente adopta una actitud diferente cuando haces esto. Simplemente le rompes los esquemas.
Habrá quien dude de conocerte de algún lado, otros que piensen que los confundiste con alguien más y el resto creerá que eres simplemente agradable.
Es asombroso lo encasillados que estamos, llenos de miedos y condicionados por un montón de preconceptos y prejuicios. Reflexiona, te descubriste alguna vez pensando:
¿Qué pensarán de mí?
¿Y si hago el ridículo?
¿Por qué habría de exponerme así?
¿Se lo tomarán a mal?
Pero hay algo que entenderás al hacer esta mínima acción de sonreír, verás que la mayor parte de la gente responde igual. Te refleja.
La actitud lo es todo, según vayas por la vida será lo que te encuentres. ¿Cómo lo sé? Bueno, porque lo experimento a cada rato.
Prueba, no me creas. Limítate a hacer tu propia experiencia y descubrirás que todo está dispuesto para reflejarte algo que no eres capaz de ver, todavía.
El efecto espejo es lo que te dará pistas sobre tu inconsciente si no tienes ni la menor idea de lo que ocurre allí dentro.
¿Cómo lo hace? Muy simple, reflejando en el exterior lo que vives adentro.
Mira tus relaciones, tu salud, tu entorno, tus acontecimientos…
¿Crees que todo eso es azar?
¿Tu vida es puñado de casualidades?
¡Claro que no!
¿Nunca te preguntaste por qué lo que te parece una verdadera tragedia a otro le parece un regalo maravilloso?
Cada vez que te descubres pensando que alguien no ve lo que ocurre como tú o que no le da la importancia que le das a ese hecho, tendrás la respuesta. Lo percibe distinto a ti. Tan simple y complejo a la vez.
Cada persona que llega a tu vida es para mostrarte algo de ti mismo. Por esa razón se presentan de mil formas, cada una de tus relaciones está frente a tus ojos para que sepas algo más de tu propia vida.
Si crees que te conoces lo suficiente quizás deberías hacer un repaso a tus relaciones, descubrirás verdadero oro en toda esa gente que se cruza por tu camino cada día para que puedas comprender algo más sobre ti.
Espejo directo
Lo que sucede te refleja.
Sonríes, te sonríen.
Eres amable, te tratan con amabilidad
Cuidas a los tuyos, te tratan con cuidado.
Puntos ciegos:
Es aquello que, aunque no lo sabes, pero lo percibes. Algo en esa persona o ese hecho te inquieta y aunque lo intentas no logras comprenderlo.
Muy bien, estás frente a uno de tus puntos ciegos. No ves lo que sucede pero algo en ti lo siente, te enoja, te desespera, te atraviesa de pies a cabeza con una emoción que no eres capaz de ver y sin embargo hace todo para que seas consciente de ello.
Eso es un punto ciego, algo de ti que no llegas a ver pero se manifiesta a través de tu comportamiento por ejemplo con tus juicios.
- Te sientes satisfecho y convencido sentenciando como es alguien o catalogando un acontecimiento, cuando deberías estar viendo qué significa ese juicio que emitiste.
- ¿Te irrita la condescendencia de alguien?
- ¿Te provoca la lentitud con que se resuelve un hecho?
- ¿Te asquea el comportamiento de una persona?
Muy bien, tienes trabajo por hacer. Descubre tus puntos ciegos y estarás dando un paso de gigante en tu autoconocimiento.
Espejo opuesto
Lo que haces te vuelve inverso.
Sobreproteges, te ignoran.
Si quieres avanzar pregúntate siempre ¿Qué sucede en mi vida que siento esto o vivo aquello?
Las causas están en tu inconsciente y los efectos en el exterior
¿Para qué? Simplemente para que lo veas y puedas decidir si lo tomas o lo dejas. Aprendes de ello o te quedas con el resultado como una víctima.
Tú eliges.
¿Por qué me pasa lo que me pasa?
El exterior no es responsable de lo que te sucede, pero sí es una gran herramienta para dar forma a tu vida. Percibes el mundo según lo que hay en tu interior.
No podrás cambiar a los demás, ni los hechos y acontecimientos, pero con toda seguridad puedes elegir cómo percibir, reaccionar y actuar.
Para encontrar respuestas busca en tu forma de percibir lo que estás viviendo, descubre la razón preguntándote para qué.
Lo que Gandhi decía es tan real:
La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará conmigo.
Con el tiempo y un apasionante trabajo interior comprobé cosas tan importantes como las siguientes:
- La vida me sonríe cuando soy espontánea y comprendo que todo está dispuesto para que crezca.
- La vida me golpea cada vez que me empeño en desviarme de lo que mi alma está predestinada a ser.
- La vida me pone a prueba cada vez que me niego a fluir con ella.
Si es que todo es tan claro a veces.
¿Por qué tomamos esa actitud insolente donde nos creemos dueños de la verdad?
Hazlo. Prueba. El golpe llegará a tu estómago cuando menos lo esperes. La vida es sabia y mal que nos pese, no somos dueños de la verdad.
Hay mucho, demasiado que aprender sin importar el momento o la época en la que te encuentres. Sé humilde, déjate enseñar, aprende a ver cómo los hechos te guían y la paz interior será una constante en tu vida.
La vida es un espejo, ahora ya lo sabes y puedes apalancarte en esta forma de ver lo que te sucede para superarte cada día.
Gracias por leerme, te veo la próxima.
Disfruta el día.